Posiblemente nuestro gran cineasta paralelo y periférico sea Carlos Flores. Fuera del canon, a veces se le considera el heredero del Raúl Ruiz chileno, pero tomó esa posta sin recurrir a la ficción. Le bastó con el género documental como aptitud para estar atento a las latencias de la realidad. En dictadura, realizó dos películas memorables, una sobre el escritor José Donoso y otra sobre el doble chileno de Charles Bronson, el actor de Hollywood famoso por sus roles de “hombre rudo”. En los 80, el cine de Flores consumó el arte de captar las manías del modo de ser chileno.

Entrevista por
Alberto Fuguet

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