Conocimiento de El Águila
Leave a CommentA Ricardo Duhart y Fernando Lasalvia, en la continuación del sueño.
El Águila duerme en una esquina de mi casa
Lo conocí en El Camino Para observar el Cosmos esquina La Avenida Del Traidor
Había olor a niño meado, pero amado
Segundos antes habíamos iniciado involuntariamente
Una conversación sobre un Monte
Que abusaba de unos pequeños montículos
Caminamos
Pasamos frente adonde habían desaparecido
Von Schowen y Munita
Cuando yo llevaba tres días de mi tercera cana
(Esa vereda se interpuso solo para recordarnos
Qué Peligrosa Era la Verdadera Poesía)
El Águila sin dar aviso lanzó su vuelo
Y volando
Me habló de poetas chinos
Que trabajaba con la Palabra inexistente
Que era lo único que existía.
Además me contó que era padre de una niña que dejaba huellas
Derroteros mínimos
de niña en su departamento
El Águila
Había levantado edificios de futuros nidos
Para conejos de fuego
Prestaba su hogar
A un señor de un Taller de Cerámicas
Volvía El Águila a su hogar
Y las cerámicas lo desconocían
Cambiado el sentido de los sentidos
Dejándolo sin palabras
Un día El Águila me dijo que me dijo
“Soy el de Gorro Verde
Que aparece moviendo la cabeza”
Y yo empezé a desconfiar de
Las mágicas máquinas de la memoria
Y a confiar de nuevo
Y ¡por fin!
En la poesía de mañana
Santiago de Chile, 23 de abril de 2018.
Poema abandonado a las 03:31 a.m.