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Crónicas Reunidas (I)

Joaquín Edwards Bello se consideraba a sí mismo “nervioso”, lo que en lenguaje de su tiempo equivalía a lo que ahora llamaos “neurótico”. No le gustaban demasiado los contemplativos ni los pomposos. Parecía querer estar en el centro bullente de la vida, donde éste se presentara, si bien en sus últimos años defendió su derecho a acostarse temprano y a no asistir a comidas ni manifestaciones. En las entrevistas del lapso correspondiente a esta selección –primera mitad de los años 20- se mostraba impulsivo, energético y confiado en el valor de sus obras.

– Roberto Merino