Biblioteca de Extractos

Safo. Ahora, mientras danzamos

Versiones de Soledad Fariña

La poesía de Safo (ca. 630 a. C. – 580 a. C.), a pesar de conocerse de manera fragmentaria e incompleta, ha trascendido en el tiempo y ha sido reconocida desde Platón hasta nuestros días. Posee, entre sus mayores virtudes, uno de los acercamientos líricos más sensibles y profundos al problema del amor y el erotismo. Como nos recuerda Anne Carson, ella fue la primera en llamar a Eros el “dulce-amargo”, mostrando la imposibilidad y la distancia como partes constitutivas del amor erótico.
La poeta Soledad Fariña, fascinada por la obra de Safo, retoma su escritura, la hace propia, la vierte en nuestra lengua y le otorga un ritmo y una cadencia particular. La traducción opera, en los noventa poemas y fragmentos aquí escogidos, como un diálogo entre épocas distantes, que retornan a unos de los puntos más esenciales, bellos y enigmáticos de la experiencia humana.

Hoy entonaré hermosos cantos
para el placer de mis amigas

Que todo el mundo
lo sepa

¡Vamos a disfrutarlo!

Pero si alguno ve en ello
una falta

¡La necedad y la tristeza
se lo lleven!

***

De pie junto a mi lecho
en sandalias doradas,
me ha despertado el Alba del instante.

Me he preguntado

¿Safo,
qué puedes dar a Afrodita
que todo lo posee?

Me he dicho entonces

en su altar quemaré los fémures
de una cabra blanca.

***

Haré una confesión:
amo lo que me acaricia

creo que el amor forma parte
del brillo
y la virtud del sol.

***

Al mediodía

cuando la tierra brilla
con calor abrasador

cayendo implacable
sobre los grillos que han alzado
el tono
del canto de sus alas

tomé mi lira y dije

¡Ven ahora mi sagrada concha de tortuga!

conviértete
en un instrumento hablante.

***

Aunque sean
solo aliento

las palabras que comando
son inmortales.

***

Esa tarde

jóvenes en edad de desposarse
trenzaron collares con corolas de flores

Las escuchamos cantando:

El joven Adonis
se muere ¡Oh! Citerea

¿Qué haremos ahora?

Golpeaos el pecho con el puño,
muchachas,
¡desgarrad vuestras túnicas!

***

De nada sirve
madre querida
no puedo terminar mi tejido,

la culpa es de Afrodita

suave como es

casi me ha consumido
de amor por ese joven.

***

La gente murmura
hablan de Leda.

Dicen que una vez encontró un huevo

escondido
bajo jacintos silvestres.

***

La paz
reinaba en el cielo

la Ambrosía
ya estaba mezclada en la jarra
de vino
Hermes
fue quien cogió
el cántaro

y escanció vino a los dioses.

***

Cuando vi a Eros

descendiendo
de los cielos

llevaba un manto de soldado

de intenso
color púrpura.

***

Tú eres
el pastor de la tarde
Hesperus

conduces a salvo lo que dispersó
la luz del alba

guías ovejas, guías cabras

devuelves a las niñas al regazo de sus madres.